Sep 2, 2008

A oscuras


Ayer en la tarde sucedió algo curioso. Por sea cuales sean las razones, hubo un apagón de electricidad en la ciudad, que luego me enteré que había sido una situación que se presentó en varias ciudades del país. Siendo de día, uno nota como la ciudad pareciera entrar en una dimensión de silencio y calma que no es habitual. Me hizo recordar cuando se iba la luz en casa cuando era pequeño. La ciudad callaba totalmente. Solo se escuchaban murmullos de los vecinos, y sonidos de gabinetes abriendo y cerrándose, y de vez en cuando destellos de alguna luz proveniente de una linterna o de alguna vela encendida. Si hay algo que relaciono con los apagones, es el silencio.


Este mismo año, casualmente, ocurrió otro apagón, aunque de proporciones un poco mayores. El servicio de electricidad no regresó sino a las 4 horas de haberse ausentado. La ciudad entró en un caos general. Pero tal caos parecía extrañamente acogedor, era como si se rompiera la continuidad de la rutina y comenzara a reinar la incertidumbre.

Más allá de las quejas, del congestionamiento de los autos intentando abrirse camino ante la ausencia de semáforos, miles de transeúntes del metro (transporte subterráneo) quejándose y vociferando mientras caminaban por las calles... quedaba solo el sliencio.

2 comments:

Amiga mágica said...

Me gustan tus pensamientos..cómo del desconcierto y caos encuentras una muestra de reflexión.

Saludos

Anonymous said...

Ciertamente un momento de silencio en medio de tanto Ruido en el que vivimos nos tranquiliza y nos ayuda a pensar y recordar lo q creiamos olvidado....Gracias x tu pensamiento!!!